sábado, 30 de septiembre de 2017

SERIE SOLIDARIA SUPERDEPORTE. 30 DE SEPTIEMBRE.


QUINCHIA, BALONES CONTRA PISTOLAS.

Quinchia es un lugar ubicado al noreste del departamento de Risaralda en la zona de Victoria con una altura de 1825 metros sobre el nivel del mar. En esta parte tan deprimida de Colombia nos encontramos en el año 2010 con la severa falta de un lugar donde se pudieran desarrollar prácticas deportivas, recreativas y de esparcimiento del tiempo libre para los niños. Su ausencia hizo que muchos de ellos se vieran tentados a involucrarse en actividades de narcotráfico, violencia o prostitución infantil. Dentro de la problemática del conflicto colombiano la violencia que percibían a diario esta población los convirtió en el eslabón más vulnerable de la cadena humana por la presencia de los grupos armados ilegales además el problema del desplazamiento forzado de la mayoría de las familias, causando un verdadero trauma a los niños que en muchos casos se añadía al maltrato infantil. La falta de educación sobre los derechos humanos y sobre todo de la niñez dentro de la comunidad agravó este problema.
Esta zona del municipio es conocida como el “caguasito” ya que gran cantidad de la población fue desplazada por la fuerza por los grupos armados dentro del conflicto colombiano. Las poblaciones sufren por tanto de mucha pobreza debido a la dificultad de los terrenos que tienen para ejercer las diferentes actividades agrícolas y obtienen su sustento económico a través de la caña, la panela y el café. La mayoría de las familias son muy numerosas por lo cual muchos de esos niños no tienen ninguna educación académica y reciben poca o ninguna atención por parte de sus padres a lo que se añade una malnutrición alta por la falta de recursos.
La Penya Valencianista per la Solidaritat, aliada con la O.N.G. Nukanti Foundation for Children, organización sin ánimo de lucro establecida en el estado norteamericano de Georgia  cuyo objetivo principal es ayudar a los niños víctimas de una violencia extrema a través de las artes y el deporte, incluyendo escuelas de capoeira y fútbol, estableció un acercamiento con las autoridades competentes para garantizar en esta zona del municipio una cancha de fútbol. Era nuestro objetivo implicar a todos los agentes que se iban a beneficiar de esa acción y por ello se concienció a la comunidad, quiénes estuvieron de acuerdo para contribuir con el cuidado y mantenimiento de la cancha. Para el desarrollo de este campo de fútbol se contó con el aporte logístico de la comunidad y el campo de fútbol se hizo con unas medidas de 90 m de largo por 45 metros de ancho, un marcado con líneas visibles y las áreas y los círculos con las medidas necesarias conforme a la reglamentación.
Un obstáculo añadido fue la poca credibilidad que tenía la comunidad respecto a ciertas desilusiones ocasionadas por otros organismos que allí habían acudido ofreciendo servicios que antes no existían con lo cual complementamos la construcción de la cancha con la socialización por medio de talleres y actividades, programas deportivos, charlas, encuentros, intercambio de experiencias, talleres pedagógicos, realización de campeonatos, entrenamientos y festivales deportivos. El hecho de que la comunidad de Veracruz se comprometiera a realizar el mantenimiento de la cancha responsabilizándose de podar el césped, revisar los filtros y de marcar y retirar constantemente el ganado que allí podía entrar hacía que este proyecto fuese un proyecto de implicación global por parte de voluntarios. El número de destinatarios de esta acción se estimó en unas 300 familias que comprobaron que el valencianismo solidario no tiene fronteras.

jueves, 21 de septiembre de 2017

SERIE SOLIDARIA DE SUPERDEPORTE. 16 DE SEPTIEMBRE.


UN GRAN VALENCIANISTA.
El padre Agapito Elá Obono es un tipo singular. Él es un sacerdote guineano que estudió en Valencia pues tiene en nuestra ciudad familia. Aquí se aficionó a nuestro equipo y se convirtió en uno de sus más fieles seguidores. Cuando acabó de estudiar Teología regresó a su país y se encargó de un colegio en medio de la selva de Ebebiyin que carecía de los recursos más básicos. Mantuvo al mismo tiempo la relación de amistad fraternal que había trabado con Vicente Ferrer. Corría el año 2006 cuando le conocimos y su energía y compromiso nos conmovió desde el primer momento. Él nos transmitió que en el lugar donde trabajaba no disponían de luz y que podíamos hacer mucho por conseguir que se hiciese la luz en plena selva guineana. Los chavales de su colegio, al poco tiempo, ya podían disfrutar con luz eléctrica todo aquello que hasta ese momento había permanecido en la oscuridad o la penumbra, y esta fue la primera aportación que la Peña Valencianista per la Solidaritat aportó a su proyecto con la dotación de los generadores necesarios y equipos informáticos. Pero aquello no podía parar ahí.
La realidad deportiva de su comunidad era igualmente precaria. Muy cerca de su escuela, la escuela José Sisono, existía un terreno salvaje en mitad de la selva en el que pocos podían imaginar que se pudiese practicar decentemente algún tipo de deporte. En el año 2008 nos pusimos manos a la obra con la ayuda de un tractor y la fuerza manual y la ilusión de amigos y vecinos de esta provincia guineana de Kie Ntem. Hoy en día este es un campo de fútbol entre palmeras que cuenta con todos los “recursos” como un marcador manual y unos vestuarios con duchas en el que un centenar de chavales no solo practican deporte sino que sueñan y luchan por una vida mucho mejor.
En nuestra zona de confort occidental, en esta Europa feliz, pocos podemos imaginar cómo la precariedad del transporte hace que muchos de estos chavales tengan que recorrer 30 o incluso 40 km caminando para poder jugar al fútbol. Esto es lo que sucede incluso hoy y esta realidad nos hace ver y comprender fácilmente que la magia y la fuerza del fútbol no solamente cambia vidas sino que es el motor de explosión de cambios sociales profundos.
El padre Agapito es el verdadero líder de esta comunidad y su condición de párroco y fundador de la escuela de fútbol “Junior Peñista” hace que muchas de sus facetas sean imprescindibles para la buena marcha de este proyecto. La escuela de fútbol cuenta con tres equipos; uno de más de quince años, uno de chavales con menos de quince años y un equipo de chicas. En su despacho no faltan las camisetas del Valencia que en su día le llevamos, una bandera del club de Mestalla, fotografías de las múltiples visitas que hizo a Paterna donde pudo fotografiarse con los mejores jugadores y unos guantes firmados por Santiago Cañizares que es su verdadero ídolo junto con nuestro gran David Villa.
Antes de ordenarse sacerdote, Agapito Ela Obono era jugador de la selección guineana de fútbol. Se exilió durante la primera dictadura guineana (la de Francisco MacÍas) y regresó a Guinea en 1980, fecha a partir de la cual ha tomado postura reiteradas veces en defensa de los derechos humanos y ha sido detenido por ello. Desde aquí, la Penya Valencianista per la Solidaritat quiere manifestar su respeto por todos aquellos que hacen de la lucha por la Justicia su compromiso.

miércoles, 6 de septiembre de 2017

SERIE SOLIDARIA SUPERDEPORTE. 1 DE SEPTIEMBRE.

EL MESTALLA SANTA FE DE LA LAGUNA.

Uno de los primeros proyectos que desarrollamos fue allá por 2004 en México. Nos sorprendimos entonces de comprobar cómo aquellas comunidades jugaban a un juego prehispánico denominado “guau guau”, deporte similar al polo que persigue una pelota en lugar de con caballos con llamas. Muchos de sus jóvenes practicaban el baloncesto pero se inclinaron rápidamente por el fútbol por influencia internacional. La presencia del Valencia en la zona de Morelia se traduce en un torneo con participación de 16 equipos, entre ellos el denominado Valencia, que juega con un plantel de 22 jugadores en torneos regionales. Es importante mencionar que el lugar donde se ubica el campo deportivo es conocido como también como “Valencia”.
Desde la década de los 90 ha surgido un gran interés por el deporte y su desarrollo en México, siendo el fútbol uno de los deportes universales que se vive con pasión. El proyecto en que nos involucramos tenía como objetivo fundamental abrir un espacio deportivo para futuros futbolistas indígenas, así como evitar el consumo de alcohol o drogas que era una realidad masiva en ese entorno. Formar futbolistas de esas comunidades y enrolarlos en el club más cercano como era el Monarcas Morelia motivó enormemente a los integrantes del proyecto. Para tener éxito en el ámbito deportivo valoramos varios factores que introdujimos como una adecuada alimentación y técnicas que propiciaron un estado físico y mental tranquilo que facilitaba una correcta nutrición. En aquel momento, las comunidades indígenas menos desarrolladas de la zona de La Laguna se veían marginadas también por la falta de apoyo institucional. El querer acceder al ámbito futbolístico se veía imposibilitado por unas condiciones económicas y sociales que no les permitía acudir a una institución de enseñanza y además su lengua materna no les permitía comprender el castellano. Por esto se intentó luchar contra estos factores, lo que permitió a alguno de ellos engrosar los talentos de Santa Fe de la Laguna, localidad que tenía una población aproximada de 8000 habitantes distribuidos en ocho barrios, siendo una de las principales actividades la de la alfarería, seguida por el comercio y la agricultura
El objetivo de este proyecto se centró por tanto en la construcción de una infraestructura para la práctica del fútbol que atendía a niños de 6 a 12 años y la formación de una escuela de fútbol comunal para conseguir el aprendizaje de una forma recreativa. Santa Fe de la Laguna es una de las comunidades indígenas más marginadas por lo que el convenio de colaboración de la Penya Valencianista per la Solidaritat con el Centro de Apoyo al Desarrollo de la Mujer Purépecha de Michoacán para la mejora del campo de fútbol Mestalla Santa Fe de la Laguna mejoró la situación deportiva de los jóvenes purepechas que viven en la comunidad y fue uno de los bautizos de agua solidarios ya hace más de diez años, tiempo en el que hemos demostrado que otro valencianismo, solidario, comprometido, enérgico y combativo, es posible. 5000 ciudadanos, de los cuales un tercio son niños y adolescentes, se beneficiaron de la infraestructura del campo de fútbol de esta comunidad que se encontraba en una situación de abandono y que, tras nuestra intervención, lució como ejemplo orgulloso del deporte local.