QUINCHIA, BALONES CONTRA PISTOLAS.
Quinchia es un lugar ubicado al noreste del departamento de
Risaralda en la zona de Victoria con una altura de 1825 metros sobre el nivel
del mar. En esta parte tan deprimida de Colombia nos encontramos en el año 2010
con la severa falta de un lugar donde se pudieran desarrollar prácticas
deportivas, recreativas y de esparcimiento del tiempo libre para los niños. Su
ausencia hizo que muchos de ellos se vieran tentados a involucrarse en
actividades de narcotráfico, violencia o prostitución infantil. Dentro de la
problemática del conflicto colombiano la violencia que percibían a diario esta
población los convirtió en el eslabón más vulnerable de la cadena humana por la
presencia de los grupos armados ilegales además el problema del desplazamiento
forzado de la mayoría de las familias, causando un verdadero trauma a los niños
que en muchos casos se añadía al maltrato infantil. La falta de educación sobre
los derechos humanos y sobre todo de la niñez dentro de la comunidad agravó
este problema.
Esta zona del municipio es conocida como el “caguasito” ya
que gran cantidad de la población fue desplazada por la fuerza por los grupos
armados dentro del conflicto colombiano. Las poblaciones sufren por tanto de
mucha pobreza debido a la dificultad de los terrenos que tienen para ejercer
las diferentes actividades agrícolas y obtienen su sustento económico a través
de la caña, la panela y el café. La mayoría de las familias son muy numerosas
por lo cual muchos de esos niños no tienen ninguna educación académica y
reciben poca o ninguna atención por parte de sus padres a lo que se añade una
malnutrición alta por la falta de recursos.
La Penya Valencianista per la Solidaritat, aliada con la O.N.G.
Nukanti Foundation for Children, organización sin ánimo de lucro establecida en
el estado norteamericano de Georgia cuyo
objetivo principal es ayudar a los niños víctimas de una violencia extrema a
través de las artes y el deporte, incluyendo escuelas de capoeira y fútbol, estableció
un acercamiento con las autoridades competentes para garantizar en esta zona
del municipio una cancha de fútbol. Era nuestro objetivo implicar a todos los
agentes que se iban a beneficiar de esa acción y por ello se concienció a la
comunidad, quiénes estuvieron de acuerdo para contribuir con el cuidado y
mantenimiento de la cancha. Para el desarrollo de este campo de fútbol se contó
con el aporte logístico de la comunidad y el campo de fútbol se hizo con unas
medidas de 90 m de largo por 45 metros de ancho, un marcado con líneas visibles
y las áreas y los círculos con las medidas necesarias conforme a la
reglamentación.
Un obstáculo añadido fue la poca credibilidad que tenía la
comunidad respecto a ciertas desilusiones ocasionadas por otros organismos que
allí habían acudido ofreciendo servicios que antes no existían con lo cual
complementamos la construcción de la cancha con la socialización por medio de
talleres y actividades, programas deportivos, charlas, encuentros, intercambio
de experiencias, talleres pedagógicos, realización de campeonatos,
entrenamientos y festivales deportivos. El hecho de que la comunidad de
Veracruz se comprometiera a realizar el mantenimiento de la cancha responsabilizándose
de podar el césped, revisar los filtros y de marcar y retirar constantemente el
ganado que allí podía entrar hacía que este proyecto fuese un proyecto de
implicación global por parte de voluntarios. El número de destinatarios de esta
acción se estimó en unas 300 familias que comprobaron que el valencianismo
solidario no tiene fronteras.