EL VALENCIANISMO MÁS SOLIDARIO.
Corría el mes de mayo de 2002 y
la euforia estaba instalada durante casi toda la temporada en una afición
valencianista que veía muy cerca un hito que, desde la consecución del último
título de Liga allá por el año 1971 con Alfredo di Stéfano como entrenador y
con puntales como Abelardo, Sol, Claramunt, Antón o Aníbal, no se había
producido. Muy lejos, lejísimos, quedaba el título conseguido en 1947 en plena
euforia de la más eléctrica de nuestras delanteras y eso nos daba pistas de que
las veces en que íbamos a asomar la cabeza para oler el más preciado de los
títulos internos iban a ser escasas. Tanto que sólo tres décadas han
presenciado nuestros títulos ligueros. Pero esta parecía la buena. Soportando
los rigores del peor clima estepario etíope, a miles de kilómetros de distancia
de la zona cero de la más merecida de las alegrías futbolísticas, cuatro
aficionados y socios del Valencia en labor solidaria por el cuerno de Africa se
las veían y deseaban para saber si finalmente el Valencia volvía a tocar la
gloria con sus dedos tantas décadas después. José María Tomás y Tío, Pilar
Mateo Herrero, Alfredo José Perales Marín y José Eduardo Castell Nebot no podían
hacer otra cosa que seguir las incidencias del partido definitivo a través de
llamadas telefónicas a sus domicilios ya que no había otro medio para conocer las
buenas noticias que se avecinaban. Finalmente, el Valencia C.F consiguió
proclamarse brillantemente campeón de Liga en la añorada temporada 2001-2002 tras
derrotar al Málaga en el partido definitivo de la Rosaleda con dos goles
de un Ayala imperial y un Fabio Aurelio fugitivo. ¡¡¡ Y qué
grande es el fútbol cuando al día siguiente, en lo más profundo de la sabana,
al identificarse como valencianistas, ya había algún indígena que sabía que el
Valencia era campeón de Liga y les felicitaba por ello ¡¡¡
Ya asumido que entrábamos de
nuevo en la historia de los grandes, aquella alegría por el título recién
conquistado no podía limitarse a vivirla desde la distancia sin más ya que aquel
pálpito tan íntimo de orgullo debía desembocar en algo más grande, algo que
perdurara y que mejorara la vida de los que peor lo tienen. Por eso, estos
cuatro valencianistas de diáspora decidieron crear a su llegada a Valencia una
Peña que uniera el amor a los colores del Valencia C.F. en todo el mundo
con una labor solidaria en aquellos países que lo pudieran necesitar. Esta iba
a ser una idea revolucionaria dentro del mundo del deporte y la solidaridad
pues, a día de hoy, no conocemos ninguna otra institución peñista que dedique
todos sus esfuerzos y trabajo comprometido a mejorar la vida de los demás. Así
nació la PENYA VALENCIANISTA PER LA SOLIDARITAT para convertirse en la
verdadera referencia del valencianismo más solidario.
A partir de ahí han sido ya casi
quince años, con mayor o menor atención hacia nosotros por parte del Valencia
C.F, promoviendo la solidaridad de los valencianistas, promocionando el deporte
bajo los auspicios de nuestro Valencia C. F. en los países menos favorecidos,
difundiendo los valores éticos del deporte y haciendo del Valencia C. F., en
suma, un referente internacional en el mundo de la solidaridad. Todo ello nos
obliga a ser especialmente creativos porque el empeño no es fácil. Nuestros
fines son ambiciosos porque nosotros lo somos. No entendemos este murciélago
sin generar en los valencianistas la necesidad de ser solidarios, conceder
premios a quienes lo merezcan, promover el conocimiento del valencianismo en
los países menos favorecidos, establecer convenios con entidades que hagan del
deporte el elemento integrador de la infancia en situación de emergencia, dar
conferencias que homenajeen a quienes hicieron grande a nuestro escudo o
remitir materiales escolares o de otro tipo que faciliten las cosas a otros.
Pero otro elemento más nos diferencia y nos hace aún más transparentes. En
nuestros balances contables no caben subvenciones públicas porque serían una
servidumbre que no queremos aceptar y nuestros ingresos se dedican
exclusivamente a proyectos solidarios sin que haya ningún otro tipo de gasto
que enturbie el verdadero objetivo. Pero, aún hoy, hay amplios colectivos de
valencianistas que, a pesar de nuestra larga trayectoria de difusión en medios
de comunicación, siguen sin conocernos y perdiendo la oportunidad de formar
parte del valencianismo que más títulos gana, en este caso solidarios. Cada
proyecto emprendido, cada instalación finalizada o cada material enviado son
verdaderos títulos en nuestras vitrinas. Por eso nuestros números no engañan:
369.010,48 € de cantidades comprometidas en los proyectos, 27 Instalaciones deportivas ejecutadas y 219 equipos que juegan con nuestras equipaciones
en 29 países son datos más que relevantes. Pero caben muchos títulos más en
nuestras vitrinas. Por todo ello, y mucho más, nuestros casi 500 peñistas son
más necesarios que nunca porque son tan necesarios como siempre… Esta
oportunidad que nos da SUPERDEPORTE para contar regularmente lo que nos
compromete y emociona es una alianza que agradecemos y que nos va a engrandecer
a ambos. AMUNT VALENCIA SEMPRE… el de la solidaridad.
Penya Valencianista per la
Solidaritat.
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