Soy Lucía. Era el curso escolar
2005-2006 cuando llevé a cabo el
proyecto “Todos a la escuela” en la escuela de primaria Ginjo en la ciudad de Jima,
en Etiopía, gracias a la colaboración de la Penya Valencianista per la
Solidaritat, a los que conseguimos contagiar la ilusión por convertir la
escuela en un mejor lugar para aprender y socializar. Una breve reunión con José
María Tomas y Raúl Celda fue el comienzo de una fructífera colaboración que
continuó a mi vuelta a España. A pesar de que han pasado once años desde
entonces, todavía siguen vivas en mi memoria las muestras de agradecimiento y
cariño de toda la comunidad educativa, sobre todo las sonrisas de los niños.
Entre los más de 2.000 niños que
estudiaban en la escuela había un alto porcentaje de huérfanos, niños que
habían perdido a sus padres a causa del SIDA, de la guerra o simplemente de enfermedades
para las cuales no habían podido acceder a la atención médica adecuada. El
proyecto “Todos a la escuela” se centró en estos cien niños y niñas, muchos de
los cuales acudían a clase sin haber desayunado y que estaban agotados después
de un largo camino recorrido desde sus aldeas. Durante el curso escolar, los
beneficiarios recibieron una pequeña asignación mensual que entregábamos a sus
cuidadores, abuelas, tías o hermanas, además de uniformes y material escolar.
También destinamos una parte de los
fondos a habilitar cinco nuevas aulas que se encontraban en estado ruinoso. Una
de ellas la convertimos en “Club de inglés”, donde los niños aprendían el
idioma a través de juegos y canciones. En colaboración con el director, el Sr.Fekadu
Etana, visitamos a varios artesanos locales y adquirimos ventanas, puertas, pupitres
y pizarras. Recuerdo bien el día que inauguramos las aulas pues estábamos muy
orgullosos de nuestra labor y las aulas quedaron preciosas. La escuela celebró
una gran fiesta, invitamos a las autoridades y a la prensa y el evento se
difundió por televisión.
En el terreno deportivo, impulsamos
la creación de un equipo de futbol mixto que se llamó “Mini-Valencia F.C.” y que
vestía las camisetas donadas por la Penya Valencianista per la Solidaritat. Por
aquel entonces el Valencia C.F aún festejaba el doblete histórico de haber
ganado la Liga española y la Copa de la UEFA de 2004. Fue un año de éxitos y fama para el club valencianista
y los etíopes son fans de los mejores clubes europeos, así que yo aprendí la
alineación del equipo casi de memoria de tanto oírla repetidamente a los locales.
Cada vez que me preguntaban y decía que era de Valencia, la recitaban de
inmediato; Cañizares, Curro Torres, Marchena, Navarro, Angulo,...
Finalmente, quiero dejar constancia
de que este entrañable proyecto es uno de los que considero mis mayores logros en
el área de cooperación/educación y de los que me siento más orgullosa. En el
recorrido pasaron muchas cosas que no salen en las fotos; establecimos lazos de
amistad que aún perduran, cumplimos algunos de nuestros sueños, esbozamos proyectos futuros para seguir mejorando la
escuela promocionando el deporte y apoyando la escolarización de niños sin
recursos. Creo de corazón que lo que hicimos en la escuela Ginjo fue muy grande
ya que dimos lo mejor de nosotros mismos y recibimos a cambio un sincero
reconocimiento por el empeño e ilusión invertidos… Y queda mi eterno
agradecimiento a la Penya Valencianista per la Solidaritat por confiar en mí.
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