martes, 2 de mayo de 2017

SERIE SOLIDARIA SUPERDEPORTE. 28 DE ABRIL.



665 kilos de esperanza por un mundo mejor.

Estamos en marcha estos días para el envío de un cargamento de material escolar y deportivo con destino a los suburbios de la colombiana Cartagena de Indias, compuesto por 62 bultos y un peso de 665 kg, 665 kilos pues de esperanza en un mundo mejor. Porque el reto de la Penya Valencianista per la Solidaritat es apoyar el crecimiento de los niños en los lugares más remotos del mundo con el acompañamiento del escudo del murciélago, pero este es un eslabón inseparable de la educación en las aulas. A distancia luchamos por tener socios y adelantados estables que sean nuestros ojos y nuestras manos en procurarles un futuro mejor pues su presente no es el más óptimo y en el “Proyecto de la Clínica de lo Social del Colegio Mayor Bolívar” lo tenemos. Las instituciones educativas de un país como Colombia se han convertido en escenario de encuentro de niños, niñas y adolescentes que viven en carne propia realidades que los colocan en situación de riesgo y vulnerabilidad extrema. El desarrollo integral y la estabilidad emocional de los niños y niñas para asumir el proceso de enseñanza y aprendizaje deben verse complementados con hábitos de higiene, alimento y respeto, sin los cuales el resto está condenado a fracasar. Los factores que defendemos en esta educación de la primera infancia son la alimentación y la nutrición, la ausencia de violencia, el evitar el consumo de sustancias sicoactivas, la educación sexual, la coeducación y el papel activo de la familia y las redes de apoyo.
La educación de la primera infancia porque integrarnos ya en el grado obligatorio de educación preescolar hace que los niños asuman un modelo pedagógico muy diferente que favorece los procesos de desarrollo de los niños de los barrios más marginales. La alimentación y la nutrición es relevante pues los bajos ingresos de las familias más pobres no les permiten cubrir la totalidad de las necesidades nutricionales ya que un 15% de la población infantil menor de cinco años sufre de desnutrición crónica y  presenta una estatura inferior para la edad que les correspondería. La ausencia de violencia se identifica con el maltrato infantil, la violencia intrafamiliar, el trabajo infantil, la violencia escolar y el desplazamiento forzado a causa de las guerrillas y otros factores urbanísticos. En relación con el trabajo infantil, 1.400.000 niños entre 12 y 17 años trabajan en las labores más insospechadas. Y en cuanto al desplazamiento forzado, casi un millón de niños fueron obligados a desplazarse. No menos importante es el “matoneo escolar” o “bullying” como agresión constante de un estudiante ‘dominante’ sobre otro ‘dominado’ que genera secuelas en los implicados y en quienes están cerca. Aunque no es común que la intimidación escolar lleve a extremos fatales como el suicidio, sí desemboca frecuentemente en desórdenes graves como depresión, ansiedad, inseguridad, actos de venganza violenta, bajo rendimiento académico y deserción escolar de las víctimas.
Además, el consumo de sustancias sicoactivas es causa de absentismo en una tendencia macabra a consumirlas desde la más temprana edad. La educación sexual debería incidir en el ingente número de adolescentes que ha tenido un parto especialmente en la zona rural. De igual manera, los abortos, las enfermedades de transmisión sexual y el SIDA en los adolescentes son aspectos que castigan sus vidas. La coeducación quiere eliminar las barreas de género porque aún sobreviven prácticas y estereotipos que colocan a las niñas en inferioridad cultural y humana. Respecto a las familias es indudable que el aprendizaje de los niños es efectivo en la medida en que esté en sintonía con la experiencia que viven a diario con sus familias y por eso nos esforzamos en apoyar a instituciones educativas que abren sus puertas para considerarlas como educadoras. Y las redes sociales de apoyo son nuestro primer filtro pues la comunidad debe hacer un reconocimiento a la institución educativa y a los niños y niñas que la habitan, para que se vuelquen en su protección, convirtiéndose en red de apoyo educativo y humano.

Por todo esto, la Penya Valencianista per la Solidaritat quiere agradecer a entidades como AVACU, Ibercaja de Catarroja, Asociación "La Ñigasa" de Anna, la falla Pensat i Fet de Vall d´Uxó, APAMI de Catarroja, la Caja Rural de Albal, la Hermandad del Cristo de la Fe de Valencia, el colegio de los Dominicos de Valencia, la falla del Centenar de la Ploma y APAMI de Catarroja, la Biblioteca de la Torre, Mujeres en Marcha de Alfafar, la Escuela Pública de Benimaclet, al pueblo de Beniparrell y a otras aportaciones privadas su gran colaboración en la campaña de recogida de material escolar para los niños de los suburbios de Cartagena de Indias en Colombia. Sin su gran trabajo, esta nueva ilusión de la Penya Valencianista per Solidaritat no hubiese sido posible.

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