UN PROYECTO DEPORTIVO EN ECUADOR.
En los años 2015 y 2016 la Penya Valencianista per la Solidaritat ha llevado a cabo en Ecuador un proyecto en favor de la infancia más desfavorecida, tras el éxito de los años anteriores de su alianza con Nuestros Pequeños Hermanos en Guatemala, República Dominicana y Nicaragua. Esta iniciativa aúna adiestramiento en horticultura para que los niños sepan el valor de la tierra y lo que te devuelve en compensación al trabajo dedicado a ella y un proyecto deportivo de integración y superación personal. Los “alma mater” gemelas de este proyecto han sido nuestros adelantados Eduardo y Pilar, quienes con su compromiso hacen que estos proyectos cambien vidas. Y múltiples han sido con su liderazgo las acciones realizadas para llevar los colores del valencianismo más solidario a los niños de los rincones más apartados del mundo que carecen de lo básico para llevar una vida digna.
En los años 2015 y 2016 la Penya Valencianista per la Solidaritat ha llevado a cabo en Ecuador un proyecto en favor de la infancia más desfavorecida, tras el éxito de los años anteriores de su alianza con Nuestros Pequeños Hermanos en Guatemala, República Dominicana y Nicaragua. Esta iniciativa aúna adiestramiento en horticultura para que los niños sepan el valor de la tierra y lo que te devuelve en compensación al trabajo dedicado a ella y un proyecto deportivo de integración y superación personal. Los “alma mater” gemelas de este proyecto han sido nuestros adelantados Eduardo y Pilar, quienes con su compromiso hacen que estos proyectos cambien vidas. Y múltiples han sido con su liderazgo las acciones realizadas para llevar los colores del valencianismo más solidario a los niños de los rincones más apartados del mundo que carecen de lo básico para llevar una vida digna.
El inicio del proyecto fue la entrega de 153 uniformes y
botas de fútbol para niños, niñas y jóvenes con edades comprendidas entre los
ocho y los dieciséis años de la zona conocida como “Clementina”. Desde el
principio los entrenamientos se convirtieron en diarios de lunes a viernes en
horario de 14 a 16 horas. Poco a poco la vinculación de los niños y el respeto
a su nuevo entrenador hace que comiencen a inscribirse cada vez más niños y por
eso llegan a ser más de cien los integrantes de las dos categorías sub 8 y sub
10 que van a entrenar con Eduardo. Pronto se va a hacer necesario iniciar el
equipo sub 8 con niños de seis y siete años por la afluencia de niños nuevos y
para evitar que se queden sin jugar. Pero, como no hay aprendizaje sin
competición, se organizó un torneo hexagonal sub 10 formando seis equipos entre
los propios niños de los entrenamientos, cuyos equipos tomaron nombres de animales
elegidos por los niños (Delfines, Pumas, Leones, Caballos, Tigres y Osos). Y,
como todos tenían que colaborar en adecentar el terreno de juego, se imponía la
construcción de bancos en el campo de fútbol y estos fueron hechos por Eduardo
y algunos de los niños con restos de madera de la carpintería. Ya para entonces
las equipaciones fueron insuficientes y se hizo a la Penya Valencianista per la
Solidaritat un segundo pedido y entrega de cincuenta y tres uniformes y treinta
y seis pares de botas de fútbol para los niños nuevos que se fueron
inscribiendo en los equipos. Una actividad especialmente querida por los niños
fueron los entrenamientos en el río que coincidieron con el comienzo de las
vacaciones escolares y que servían también para enseñar a nadar a los niños que
no sabían. Para ello, cada jueves se alquilaba una camioneta para transportar a
unos cuarenta niños y darles la merienda después del baño.
Y en las clases responden. Es una experiencia enseñar a los
niños en las clases de matemáticas las tablas de multiplicar y conceptos de
unidades, decenas, centenas y millares viendo los progresos cuando la
recompensa es tener un balón de fútbol por el que hacen los mayores esfuerzos.
Además, hicimos entrega de veinte equipaciones de fútbol para los niños acogidos
en el Hogar “Niños Queridos” que es un orfanato humilde situado a las orillas
del río Babahoyo en el que viven veinte niños y adolescentes huérfanos o abandonados.
Esta era la primera vez en su vida que tenían un uniforme y unas botas de
fútbol por lo que la entrega de estos fue un día de fiesta inolvidable en sus
vidas y llevamos también una gran tarta de chocolate para celebrarlo. Por eso
también fue un gran acontecimiento para ellos participar en partidos amistosos
entre los equipos sub 8 y sub 10 de “La Clementina” contra otros equipos de las
mismas categorías de otros municipios cercanos como Pijuyo, Baba y Catarama.
Estos partidos fueron una gran motivación para los niños y además se logró
aumentar el compañerismo y la amistad entre ellos. Es nuestra obligación inculcar
en los niños los valores éticos del deporte y del valencianismo como son el
respeto, la generosidad, el esfuerzo, el afán de superación y, por encima de
cualquier otro, un nuevo valor que desconocían; la SOLIDARIDAD que ahora conocen
y practican gracias a la Penya Valencianista
per la Solidaritat. Un simple gesto como saludar a los jugadores del otro
equipo es ya una costumbre arraigada en ellos. Finalmente, una nueva donación
de equipaciones de fútbol de la Penya Valencianista per la Solidaritat a la
nueva “Escuela del Milenio” inaugurada en el municipio de La Unión y con
capacidad para 1200 alumnos, lugar al que este año escolar van a ir a estudiar
todos los niños de La Clementina, fue el colofón de este emocionante proyecto y
el seguro cambio e impulso de la vida de tantos niños con carencias.
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