viernes, 22 de julio de 2016

SERIE SOLIDARIA SUPERDEPORTE. 22 DE JULIO.


Un murciélago en Irak.

Nos despertamos con el eco miserable de la sangre en las calles de Niza. Y eso cuando aún la afición madridista vive aún la resaca de una euforia que la historia nos ha negado en dos ocasiones en forma de Champions League. Pero, a miles de kilómetros de la zona cero de su fiesta, también un atentado terrorista acabó con la vida de un grupo de seguidores que estaban en una cafetería de la ciudad de Miqdadiyah, en la región iraquí de Diyala, donde se estaba viendo la final de Champions entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid. Ya el pasado 13 de mayo, un ataque similar contra una cafetería donde se reunía la peña del Real Madrid de la ciudad de Balad, al norte de Bagdad, causó la muerte a una decena de aficionados iraquíes del club blanco. El dedo acusador de su autoría se dirige al integrismo islámico pues su terrorismo ha visto en la grandeza del fútbol una amenaza contra la intolerancia y la esclavitud que quiere imponer en conciencias y voluntades, poniendo al fútbol occidental en el punto de mira de su fuego indiscriminado. Y es que nuestro fútbol y nuestra libertad son  símbolos contrarios a los valores que representa su mentalidad genocida.
Y esta historia también va con nosotros. Porque hace varios meses conocimos el relato de “uno de los nuestros”, alguien que tuvo que huir por la presión que muy cerca del fuego tenía que soportar por llevar nuestro escudo en el pecho y fundar la primera peña valencianista en el país árabe. Por eso, en la Penya Valencianista per la Solidaritat creemos que reproducirla tiene en estos días más sentido que nunca…
“Me llamo Manhal Ahmed, 32 años, estoy casado y soy padre de cuatro hijos. Jugador de fútbol en el Shirqat Club. Comencé a animar al Valencia en la temporada 1999. Mi sueño era jugar para el Valencia C.F. o para alguna peña que se creara para aficionados del club en Irak. Pero las circunstancias del país impidieron esta situación. Después de que el grupo terrorista DAESH (ISIS o Estado Islámico) tomara el control de nuestra ciudad, una de las medidas que tomó fue prohibir el fútbol y su promoción, inclusive los partidos de la selección nacional. Desobedecer estas leyes suponía la pena de muerte. Por eso mi familia y yo tomamos la difícil decisión de mudarnos a Bagdad recorriendo cientos de kilómetros y así poder ver los partidos del Valencia por la televisión. Pese a la dificultad para hacernos con el material necesario, pusimos las bases de la primera peña valencianista en Irak. Comenzamos a reunir gente y a difundir nuestra nueva asociación por Internet. Recibimos una gran acogida en la red con muchas visitas. Era un sueño cumplido que desde hacía mucho anhelaba.
Pero esta mañana he recibido la noticia de que mi casa estaba en llamas. Los terroristas de DAESH la quemaron por establecer la peña dedicada al Valencia y por promocionar el fútbol. Ahora estamos sin hogar, pero esperamos que los corazones de los jugadores, la gestión y los fans del equipo puedan ser nuestro nuevo hogar. Me gustaría llevar un mensaje a los jugadores: Si queréis hacer felices a mis hijos, clasificaros para la Liga de Campeones. Hacerlo aliviaría nuestras penas y nuestro sufrimiento. Finalmente, agradezco a los jugadores y al presidente su labor, así como el entusiasmo con el que la Curva Nord anima. Sois una afición maravillosa. Amunt Valencia".
Sobran las palabras. Si corren nuevos tiempos en la atención que el Valencia C.F debe prestar al valencianismo de calle, el que siente los colores aunque llueva, nieve o caigan bombas sobre las cabezas cubiertas con bufanda naranja, estas letras deben pesar. Y, si han tenido que venir de muy lejos nuevos dirigentes para instalar esta nueva mirada en el día a día del club, ojalá las nuevas actitudes renueven los valores de compromiso solidario de nuestro escudo casi centenario y que historias emocionantes como esta no caigan, una vez más, en la desidia de una gestión insensible. Porque este es nuestro murciélago en Irak. Y no podemos estar más orgullosos de los lugares hasta donde llega su vuelo…


Penya Valencianista per la Solidaritat.

viernes, 8 de julio de 2016

SERIE SOLIDARIA SUPERDEPORTE. 8 DE JULIO.


EL VALENCIANISMO MÁS SOLIDARIO.

Corría el mes de mayo de 2002 y la euforia estaba instalada durante casi toda la temporada en una afición valencianista que veía muy cerca un hito que, desde la consecución del último título de Liga allá por el año 1971 con Alfredo di Stéfano como entrenador y con puntales como Abelardo, Sol, Claramunt, Antón o Aníbal, no se había producido. Muy lejos, lejísimos, quedaba el título conseguido en 1947 en plena euforia de la más eléctrica de nuestras delanteras y eso nos daba pistas de que las veces en que íbamos a asomar la cabeza para oler el más preciado de los títulos internos iban a ser escasas. Tanto que sólo tres décadas han presenciado nuestros títulos ligueros. Pero esta parecía la buena. Soportando los rigores del peor clima estepario etíope, a miles de kilómetros de distancia de la zona cero de la más merecida de las alegrías futbolísticas, cuatro aficionados y socios del Valencia en labor solidaria por el cuerno de Africa se las veían y deseaban para saber si finalmente el Valencia volvía a tocar la gloria con sus dedos tantas décadas después. José María Tomás y Tío, Pilar Mateo Herrero, Alfredo José Perales Marín y José Eduardo Castell Nebot no podían hacer otra cosa que seguir las incidencias del partido definitivo a través de llamadas telefónicas a sus domicilios ya que no había otro medio para conocer las buenas noticias que se avecinaban. Finalmente, el Valencia C.F consiguió proclamarse brillantemente campeón de Liga en la añorada temporada 2001-2002 tras derrotar al Málaga en el partido definitivo de la Rosaleda con dos goles de un Ayala imperial y un Fabio Aurelio fugitivo. ¡¡¡ Y qué grande es el fútbol cuando al día siguiente, en lo más profundo de la sabana, al identificarse como valencianistas, ya había algún indígena que sabía que el Valencia era campeón de Liga y les felicitaba por ello ¡¡¡
Ya asumido que entrábamos de nuevo en la historia de los grandes, aquella alegría por el título recién conquistado no podía limitarse a vivirla desde la distancia sin más ya que aquel pálpito tan íntimo de orgullo debía desembocar en algo más grande, algo que perdurara y que mejorara la vida de los que peor lo tienen. Por eso, estos cuatro valencianistas de diáspora decidieron crear a su llegada a Valencia una Peña que uniera el amor a los colores del Valencia C.F. en todo el mundo con una labor solidaria en aquellos países que lo pudieran necesitar. Esta iba a ser una idea revolucionaria dentro del mundo del deporte y la solidaridad pues, a día de hoy, no conocemos ninguna otra institución peñista que dedique todos sus esfuerzos y trabajo comprometido a mejorar la vida de los demás. Así nació la PENYA VALENCIANISTA PER LA SOLIDARITAT para convertirse en la verdadera referencia del valencianismo más solidario.
A partir de ahí han sido ya casi quince años, con mayor o menor atención hacia nosotros por parte del Valencia C.F, promoviendo la solidaridad de los valencianistas, promocionando el deporte bajo los auspicios de nuestro Valencia C. F. en los países menos favorecidos, difundiendo los valores éticos del deporte y haciendo del Valencia C. F., en suma, un referente internacional en el mundo de la solidaridad. Todo ello nos obliga a ser especialmente creativos porque el empeño no es fácil. Nuestros fines son ambiciosos porque nosotros lo somos. No entendemos este murciélago sin generar en los valencianistas la necesidad de ser solidarios, conceder premios a quienes lo merezcan, promover el conocimiento del valencianismo en los países menos favorecidos, establecer convenios con entidades que hagan del deporte el elemento integrador de la infancia en situación de emergencia, dar conferencias que homenajeen a quienes hicieron grande a nuestro escudo o remitir materiales escolares o de otro tipo que faciliten las cosas a otros. Pero otro elemento más nos diferencia y nos hace aún más transparentes. En nuestros balances contables no caben subvenciones públicas porque serían una servidumbre que no queremos aceptar y nuestros ingresos se dedican exclusivamente a proyectos solidarios sin que haya ningún otro tipo de gasto que enturbie el verdadero objetivo. Pero, aún hoy, hay amplios colectivos de valencianistas que, a pesar de nuestra larga trayectoria de difusión en medios de comunicación, siguen sin conocernos y perdiendo la oportunidad de formar parte del valencianismo que más títulos gana, en este caso solidarios. Cada proyecto emprendido, cada instalación finalizada o cada material enviado son verdaderos títulos en nuestras vitrinas. Por eso nuestros números no engañan: 369.010,48 € de cantidades comprometidas en los proyectos, 27  Instalaciones deportivas ejecutadas y  219 equipos que juegan con nuestras equipaciones en 29 países son datos más que relevantes. Pero caben muchos títulos más en nuestras vitrinas. Por todo ello, y mucho más, nuestros casi 500 peñistas son más necesarios que nunca porque son tan necesarios como siempre… Esta oportunidad que nos da SUPERDEPORTE para contar regularmente lo que nos compromete y emociona es una alianza que agradecemos y que nos va a engrandecer a ambos. AMUNT VALENCIA SEMPRE… el de la solidaridad.


Penya Valencianista per la Solidaritat.