domingo, 20 de agosto de 2017

SERIE SOLIDARIA SUPERDEPORTE. 18 DE AGOSTO.


FÚTBOL CONTRA LA LEY DE LA CALLE.

Desarrollar en las calles acciones educativas, deportivas y de utilización adecuada del tiempo libre para los niños, adolescentes y jóvenes, se ha mostrado un medio muy adecuado para potenciar sus capacidades, elevar su autoestima, fortalecer su identidad y prevenir el proceso de acomodo en el consumo de drogas y la participación en conductas infractoras. El modelo de la Penya Valencianista per la Solidaritat ha sido tradicionalmente consolidar una escuela de fútbol buscando un compromiso social de los padres, los dirigentes deportivos y la comunidad.  Siguiendo este criterio, en el año 2008 participamos en el PROYECTO DE APOYO AL FUNCIONAMIENTO DE LA ESCUELA DE FÚTBOL GOL A.S.O. SALESIANO EN LA CIUDAD DE QUITO promocionó a los jóvenes deportistas de los diferentes clubes de la ciudad en un reto estimulante como era, al mismo tiempo, formular y ejecutar un plan de formación basada en la construcción de la identidad y dignidad de los jóvenes y en el desarrollo de su autoestima. La valoración crítica del trabajo con base en valores cristianos se resuelve en el propio grupo con las aportaciones de los jóvenes participantes que se reúne periódicamente y evalúa el desarrollo del proyecto. Además se mejoran las condiciones sanitarias mediante técnicas de salud preventiva y se consolida la promoción deportiva de los jóvenes en el ámbito deportivo de la zona de Esmeraldas y, por extensión, de todo el país.
Como resultado de este esfuerzo, se ha conseguido fortalecer los aspectos físicos y técnicos de los niños que participan en la escuela de fútbol mediante los entrenamientos regulares y la participación en diferentes campeonatos. Los entrenamientos se ejecutaban cuatro veces a la semana para hacer una evaluación del nivel de aprendizaje técnico de cada joven. Los principales problemas que se detectaron en los entrenamientos eran de inasistencia y el atraso de los chicos. Estos eran paliados con la mejora de la autoestima, lo que elevaba sus niveles de responsabilidad y el entusiasmo por aprender y mejorar su situación vital. El hecho de que los integrantes del proyecto participaran en los diferentes campeonatos provinciales y recibieran becas escolares y de aprendizaje facilitó enormemente su inserción escolar y posibilitó su reeducación y reforzó el acompañamiento familiar.
Durante el período, 93 niños, niñas, adolescentes y jóvenes, participaron en la propuesta deportiva. La cobertura de la escuela de fútbol se amplió a todas las zonas de intervención del proyecto por cuanto antes estaba ligada al área de “chicos de la calle” y se amplió a otros chicos y chicas para facilitar la integración y huir de la creación de ghettos humanos con la aportación de un nuevo entrenador y el apoyo de dos voluntarios de la comunidad.

El coordinador del proyecto por nuestra Penya Valencianista per la Solidaritat fue Norberto Rius y la contraparte de este proyecto fue la “Fundación Proyecto Salesiano” para la erradicación de los chicos de la calle, que tienen sedes en Quito, Santo Domingo de los Colorados y Esmeraldas. Las circunstancias en las que viven estos niños de la zona de Esmeralda es su origen en familias de escasos recursos económicos que viven en la miseria, en medio de violencia producida por el maltrato físico y psicológico o sometidos a un ambiente que los empuja al trabajo prematuro en las calles y a un proceso de falta de oportunidades y a la exclusión social. Superar la violencia callejera es el reto en el que deben aprender a vivir en las calles adolescentes y jóvenes. Estas calles son un peligro pero, por otro lado, son un fuerte atractivo para ellos porque allí se sienten poderosos por lo que debemos intentar evitar comportamientos que los conviertan en transgresores pues se van a convertir en un constante peligro social. Nuestra Penya, una vez más, implicada y mejorando las cosas.

sábado, 5 de agosto de 2017

SERIE SOLIDARIA SUPERDEPORTE. 4 DE AGOSTO.

POR LOS NIÑOS Y JÓVENES DE BENIN.
Benín es un país africano muy dependiente de los precios del algodón, su principal producto de exportación, y manifestación de su débil economía pues todavía está basada principalmente en la agricultura. La escasez o ausencia de materias primas geoestratégicas ha permitido al país desarrollarse en relativa paz, principalmente bajo la esfera de influencia francesa, si bien en la actualidad las fuertes inversiones chinas en la zona han cambiado este escenario. Una renta per cápita de 1.500 $, una esperanza de 59 años, un índice de alfabetización de un 35% y una incidencia del SIDA en la población de un 1,2%, entre otros factores, lo sitúan entre los veinte países más subdesarrollados del planeta, aunque al menos la mayor parte de la población tiene acceso a alimentos básicos.
En cualquier caso, la situación sigue siendo muy precaria, especialmente para las mujeres y los niños menores de cinco años, que apenas tienen acceso a servicios sanitarios y de educación, acentuándose la precariedad en las zonas rurales. Benín es así uno de los países más pobres del mundo ya que más del 30% de su población vive por debajo del umbral de pobreza. Las zonas rurales la sufren en mayor medida que las urbanas. Tres de cada cinco benineses afirman que sus condiciones de vida son desfavorables y los continuos desastres naturales que afectan el país hacen que la vida de los benineses sea aún más dura. En 2010, Benín sufrió la inundación más devastadora de su historia, lo que ocasionó aún más dificultades en el bienestar de sus habitantes.
La tasa de mortalidad infantil es especialmente elevada en Benín, y las estadísticas ponen de manifiesto que el 15% de los recién nacidos tienen un peso inferior al normal. A pesar de que, la situación ha mejorado, los niños benineses todavía sufren de forma continua enfermedades que, en ocasiones, son mortales, como la malaria, el SIDA, enfermedades de tipo respiratorio, o incluso diarrea. Además, las infraestructuras y el personal sanitarios del país son insuficientes.
Tema aparte es el de la mutilación genital que sufren las niñas. Esta práctica aún existe en algunas regiones de Benín y las condiciones de precariedad y falta de higiene en que estas circuncisiones se llevan a cabo, conllevan, a menudo, graves consecuencias en la salud de las jóvenes. Este procedimiento desemboca, con frecuencia, en infecciones, hemorragias y otros problemas de salud más graves. Tampoco faltan creencias que fomentan prácticas crueles e inhumanas hacia los niños en determinadas zonas. De acuerdo con estas costumbres, si un niño nace con alguna deformidad, si una madre muere durante el parto, o incluso si un bebé nace en posición de nalgas, se considerará que el niño está maldito. A estos niños les aguarda un destino fatídico, puesto que se les considera anormales y son entregados a verdugos.
No menos llamativo es el asunto del matrimonio infantil. Más de una tercera parte de las niñas de Benín son obligadas a casarse antes de cumplir los dieciocho años. Además, son educadas desde muy jóvenes para cumplir su futuro papel de esposas. A menudo, estos matrimonios afectan a la salud de las niñas, puesto que aún no comprenden todo lo que el matrimonio implica. En Benín, el 40% de los nacimientos no se registra de forma oficial. Estos niños no poseen, por lo tanto, ni identidad oficial ni nacionalidad. El abandono de niños no está tipificado como delito y la trata de menores y la explotación infantil se encuentran a la orden del día.
Nattitingou, con 112.000 habitantes, es capital de la provincia de la Atadora que se encuentra al noroeste de Benín, a más de 600 km de Cotonou que es la ciudad más importante con puerto de mar del país. La parte norte está mucho más afectada por la pobreza por su lejanía con el único puerto de mar por lo que se considera fundamental la construcción de instalaciones deportivas para ofrecer alternativas y facilitar el desarrollo físico y mental de los niños y jóvenes y conseguir que ocupen su tiempo libre haciendo deporte. Así en febrero de 2008 nuestra Penya Valencianista per la Solidaritat concedió una importante cantidad para financiar el proyecto “Formación Deportiva y Construcción de un Campo de Fútbol en el Colegio de Educación Secundaria de San Agustín”. Este proyecto benefició a 500 niños y niñas alumnos del propio colegio pero el campo también es utilizado en horas extra escolares por la población del entorno. Con esto demostramos que la solidaridad valencianista es mucho más que solo una bella ambición.