viernes, 19 de agosto de 2016

SERIE SOLIDARIA SUPERDEPORTE. 19 DE AGOSTO.



Solidaritat Valencianista en Camboya 

Camboya sufrió un atroz régimen comunista desde 1975 hasta 1979, periodo durante el cual se produjeron multitud de atrocidades y de las que la actual sociedad aún sufre sus secuelas. 
Los niños de entonces son los padres de ahora y, debido a lo vivido, hoy en día, además de una penosa existencia en condiciones límite, sus hijos pagan sus males del pasado (violencia, drogas, venderlos, obligarles a trabajar desde pequeños). Los niños deben ir a ​"buscarse la vida​"​ para traer dinero a casa y uno de sus "trabajos" es ir al basurero a remover la basura para encontrar plástico y luego malvenderlo fuera del basurero. 
Es aquí donde comienza la labor de la ONG, PSE (Por la Sonrisa de un Niño) en francés. En 1995, los fundadores, el matrimonio formado por Marie-France y Christian des Paillères, pudieron observar cómo los niños trabajaban en el basurero en condiciones ​infrahumanas​ (pasaban allí todo el día niños desde los tres años de edad, descalzos, y algunos morían aplastados por los camiones, ​durmiendo allí y comiendo restos que encontraban) y, ​a la vista de tanto horror desgarrador, decidieron​ ponerse manos a la obra y​ ayudarles. ​ 
C​omenzaron por alimentarles con platos de arroz pero se dieron cuenta que debían hacer mucho más para lograr que dejaran el basurero para siempre​​. Por ello decidieron recaudar dinero y construir un colegio fuera del basurero que, con el paso del tiempo, ha ido creciendo y se ha llegado a convertir en una gran ONG, la cual no sólo forma a niños para que puedan acceder a las escuelas, sino que ofrece cursos de formación profesional, guarderías para los más pequeños para que las madres puedan trabajar, trabajo para algunos padres de los niños e incluso un nuevo proyecto en el que se han construido casas para familias que vivían en condiciones extremas dentro de las ya lamentables en las que viven la mayoría de ellos. Todo ello se produce con una recompensa para los padres, los cuales quieren y necesitan que los hijos trabajen y traigan dinero a casa para poder subsistir. Es por ello que la ONG facilita a cada familia unos cuantos kilos de arroz semanales. 
Además de llevar a cabo los proyectos de escolarización, durante el año 2003 se inició el proyecto "Summer Camp", programa de continuidad escolar en el que tuvimos la oportunidad de colaborar como voluntarios. Los campamentos de Julio y Agosto comenzaron cuando se percataron que muchos de los niños tras el verano no volvían a sus respectivas clases, muchos de ellos eran forzados a trabajar durante el verano y, o no tenían la oportunidad de volver porque en casa la idea no era bienvenida, o ellos mismos perdían la costumbre de volver. Es por ello por lo que el Summer Camp está enfocado a la continuidad de los niños en los diferentes centros, pero sobre todo a que disfruten, jueguen, desconecten, se alimenten... en fin, que tengan un día de verano como cualquier otro niño en otra parte del mundo. 
Un día normal en uno de los Summer Camp​ de PSE​ (hay alrededor de veinte por toda Camboya y cada uno con un mínimo de 1.000 niños diarios), empieza con las duchas y desayunos, continúa con los diferentes juegos, se almuerza, se les da de comer, se les deja hacer siesta (muchos de ellos deben trabajar por las noches por lo que su descanso durante el día es necesario), y finaliza con más juegos y merienda ya que es necesario para que acaben el día con fuerzas porque muchos no tienen la oportunidad de comer hasta el día siguiente que vuelven al Summer Camp. 
Al final de cada semana, a aquellos niños que hayan acudido durante al menos tres días al Summer Camp se les recompensa con un kilo de arroz (así también se "premia" a los padres que no han podido mandar a sus hijos a trabajar para traer dinero/comida a casa ya que hay que tener en cuenta que la mayoría de las familias viven de lo que los hijos traen a casa después de trabajar y es una verdadera tragedia). 
Durante el Summer Camp unos trescientos voluntarios de España, Francia, Reino Unido, EEUU o Alemania tienen la oportunidad de vivir una de las experiencias más entrañables y humanas conviviendo con estos niños y consiguiendo que sonrían, que sean felices, que ganen en autoestima y que sepan que pueden llegar como personas tan lejos como cualquier otra. Y hace ahora dos años tuvimos la enorme suerte de estar allí durante los meses de Julio y Agosto. Nos pidieron que no llevásemos más que lo imprescindible de ropa y que el resto de nuestros equipajes lo utilizásemos para llevar ropa nueva, material escolar, ropa deportiva, cosas útiles. La Penya Valencianista per la Solidaritat fue la encargada de proporcionar la ropa deportiva del Valencia C.F. pues la dedicación a los más necesitados y el amor a nuestros colores está fuera de toda duda por lo que esta fue una gran embajada de ilusión, esperanza, solidaridad y valencianismo. Cargamos con las equipaciones y hoy aquellos niños de los vertederos de Phnom Penh saben leer y escribir, saben de hábitos saludables, se están preparando para tener profesiones u oficios que les den libertad y dignidad personal y colectiva y además saben decir ¡ Amunt Valencia ¡ y saben que nuestro equipo es el mejor del mundo. Estos son “otros” que juegan con nuestros colores y nosotros con los suyos…

viernes, 5 de agosto de 2016

SERIE SOLIDARIA SUPERDEPORTE. 5 DE AGOSTO.


MÁS ALLÁ DEL FÚTBOL

Cuando se habla de la PENYA VALENCIANISTA PER LA SOLIDARITAT todos pensamos en la gran cantidad de proyectos que la peña ha realizado y sigue realizando por todo el mundo, expandiendo el valencianismo solidario en aquellos lugares donde la maquinaria propagandística de los clubes no acude a su ayuda y desarrollo. Y sobre todo con los niños, muchos de ellos enamorados de este deporte llamado fútbol  y que por sus escasos, por no decir nulos, recursos económicos no pueden acceder a practicar este bello deporte. Pero también la PENYA VALENCIANISTA PER LA SOLIDARITAT realiza otras misiones solidarias que, no por ser menos llamativas a nivel popular, son menos importantes. Nos vamos a referir en este artículo a uno de los proyectos más satisfactorio, por no decir el que más, que se ha realizado desde la peña y que sirvió para salvar la vida a una persona.
Corrían los primeros meses del año 2003, cuando el entrenador de la peña (que ese es el cargo del Presidente) recibió un SOS de la adelantada Katja Saha en Siria (peñista residente fuera de España) ya que la mujer de una familia iraquí refugiada en ese país necesitaba urgentemente un tratamiento para una insuficiencia renal pues, de no hacerlo, los médicos le habían dado pocos meses de vida. Ese tratamiento no podía realizarse en Siria ya que el status de refugiada política de la familia y la prohibición de utilizar los órganos de un fallecido en este país no le daba derecho a utilizar la sanidad siria. Sí podía haberse realizado el tratamiento y trasplante en Beirut (Líbano), pero el traslado y el importe de la operación era superior a los 30.000 dólares, una cantidad que a esta familia le era imposible costearse. Esta mujer estaba acompañada de su hijo menor de edad.
Quiso el destino que, estando el entrenador de la peña en un coloquio deportivo en una televisión valenciana, saliera a colación el mensaje de auxilio recibido desde Siria. Uno de los contertulios, que es peñista y cuya voluntad de anonimato respetamos, se interesó por este caso y se ofreció para, si había que trasladar a esa mujer a España para realizar un tratamiento de urgencia, correr él personalmente con todos los gastos que el traslado y la estancia de las personas de la familia iraquí pudieran ocasionar. Resuelto este problema, había que tramitar lo más urgentemente posible los documentos necesarios para que se pudieran trasladar a Valencia para el tratamiento médico. Se contactó entonces con varios médicos peñistas para ver qué tratamiento era el más indicado para este caso. Así es como el 2 de Noviembre de 2003 Nabila, que así se llama la mujer enferma, y su hijo Fedal llegaron a Manises. Inmediatamente fue trasladada  a un hospital valenciano para el tratamiento de la diálisis correspondiente y a su hijo se le hospedó en una residencia que la Consellería de Bienestar Social tiene para chicos y chicas de edades similares.
El tratamiento médico fue un éxito y, a los pocos meses, Nabila ya estaba fuera de peligro aunque debía seguir acudiendo al hospital los días que los médicos habían señalado para seguir con su tratamiento. Al cabo de dos años se le informó que existía la posibilidad de que pudiera realizarse un trasplante de riñón ya que había uno que era compatible con su organismo. Con el visto bueno de Nabila se procedió a realizar una intervención que, con el tiempo, ha resultado un éxito rotundo ya que, después de trece años de la llegada de Nabila y Fedal a Valencia, están totalmente integrados en la vida valenciana. Y es que, después de estos trece años, Nabila ha conseguido que también su hija llegara a España y se beneficiara del reagrupamiento familiar tras tanto tiempo de distancia e incomunicación. Hoy, Nabila y Fedal han conseguido un puesto de trabajo y, aparte de trabajar, están estudiando para, cuando exista la posibilidad, quedarse a vivir definitivamente en España adquiriendo la nacionalidad española.

Casos como este hacen que cada vez sean más los valencianistas y no valencianistas que creen en este gran proyecto y se sientan orgullosos de que el escudo del Valencia sea un referente en la solidaridad mundial...