El hogar ”Madre Francisca Casci” atiende desde 1998 por las
hermanas Franciscanas hijas de Santa Isabel, a los hijos de los reclusos de
Palmasola en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra en Bolivia. Actualmente son 4
religiosas y dos novicias las que atienden permanentemente a 42 niños de entre
5 y 17 años que se encuentran en este hogar.
Todos podemos entender que las cárceles
de Sudamérica son bastante distintas a las que uno puede visitar en Europa y,
con frecuencia, la convivencia de los niños con sus progenitores en estas
cárceles hace que, de hecho, la condena de los mayores se traslade también a
sus hijos.
Por ello, el objetivo de estas monjas es ofrecer un hogar a estos niños
en un ambiente distinto al de la cárcel, brindarles una educación fuera
del clima carcelario pues muchos de estos niños, según cuentan las hermanas,
han perdido la infancia y la capacidad de soñar. Conseguir llevar a cabo un
proceso adecuado para guiar el crecimiento humano y espiritual de los niños lleva
a que allí reciban educación escolar en todos los niveles de infantil, primaria
y secundaria, educación en salud y medio ambiente, educación física y
actividades deportivas y educación creativa en juegos, música, recreación. Los
más mayores asisten a una escuela de iniciación donde pueden obtener un título
como técnico en temas como electricidad, operador de computadoras, estética,
etc…, teniendo así la oportunidad de aprovechar la oportunidad de prepararse
para una futura profesión. Se presta especial atención a la educación alimentaria
para que esté equilibrada y favorezca el desarrollo normal de los niños y constante
es la atención médica que se someten a través de exámenes médicos y la
prevención sin ninguna falta de actividades deportivas y el cuidado del cuerpo
con la higiene personal adecuada.
El día a día de los chicos comienza por la mañana con el
desayuno y van a la escuela para volver para el almuerzo. Por la tarde desarrollan
tareas, meriendas y actividades recreativas. Antes de la cena se divierten
jugando, viendo una película o en una variedad de actividades. Los fines
de semana suelen salir en campamentos o visitas a lugares de interés.
Pero también aquí ha llegado el valencianismo solidario. En
alianza con la expedición de médicos BE SOLID (ser sólido, ser fuerte y ser
solidario) de la Asociación Valenciana de Asistencia Sanitaria y Social Voluntaria
llegamos a Bolivia dentro del Plan “CAINCO con corazón” y de la mano de Carlos
Sabja, capitán de la Selección Boliviana de Fútbol Sub 15, les hicimos entrega
de un nutrido juego de equipamiento deportivo y camisetas oficiales del
Valencia C.F. que donamos desde la Peña Valencianista per la Solidaritat. Este
fue el acto de clausura del proyecto en el que los médicos valencianos
atendieron a más de 3.500 niños en las poblaciones de Santa Cruz, Trinidad, San
Javier, Concepción, y en los campos de damnificados de las inundaciones del Río
Grande en San Julián. Desde aquel momento en Santa Cruz y en sus ligas juveniles
el nombre del Valencia juega las ligas de los mejores porque acompañamos
también a los hijos de los reclusos.
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